
La ansiedad es un trastorno más común de lo que se piensa en los niños, especialmente en los niños en edad escolar. Esta sensación de estrés puede afectar el comportamiento , la salud mental , el rendimiento académico , pero también las relaciones interpersonales . El desafío adicional que pueden enfrentar los padres en esta situación es que sus hijos no siempre son capaces de identificar las emociones que están experimentando, lo que puede dificultar la detección del estrés y la ansiedad.
En este artículo te presentamos las principales señales que se pueden observar en tus hijos y los consejos y hábitos a adoptar en el día a día para aliviar y prevenir de forma suave y amable esta sobrecarga de emociones . Descubramos ahora cómo ayudar a su hijo a gestionar sus emociones.
¿Cómo se presenta el estrés en los niños?
1. Cambios en el comportamiento
Un niño ansioso o estresado puede presentar cambios en su comportamiento, como mayor irritabilidad , llanto frecuente , retraimiento emocional , renuencia a participar en actividades que solía disfrutar, una gran necesidad de atención o una dependencia inusual de los adultos que lo rodean.
2. Problemas de sueño
En algunas personas, la ansiedad puede sentirse con mayor intensidad durante la noche. Los niños que lo padecen pueden tener dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormidos. También pueden tener pesadillas o sueños recurrentes que interrumpen su sueño. Es posible que necesiten más apoyo del habitual para conciliar el sueño con éxito.
3. Síntomas físicos
Pueden experimentar síntomas físicos como dolores de cabeza , dolor abdominal , náuseas , vómitos o pérdida de apetito . También pueden ser propensos a sufrir ataques de pánico o ansiedad cuando se enfrentan a situaciones estresantes. Puede ser más difícil asociar estos signos con el estrés, ya que los niños están expuestos a diferentes virus a diario.
4. Cambios en los hábitos alimentarios
Los niños también pueden mostrar cambios en sus hábitos alimentarios cuando están ansiosos o estresados. Pueden comer menos o más de lo habitual o tener antojos de alimentos específicos. Un cambio en los hábitos alimentarios tendrá un impacto directo en su salud física y emocional.
Consejos y hábitos para incorporar a la vida diaria para prevenir y aliviar el estrés y la ansiedad.
Anime a los niños a hablar sobre sus sentimientos.
El primer paso para ayudar a los niños a controlar su ansiedad es alentarlos a hablar sobre sus sentimientos . Hablando con ellos podrás comprender lo que les preocupa y tranquilizarlos. Es importante que los niños sepan que pueden hablar de sus sentimientos sin ser juzgados ni criticados.
Los niños pequeños tendrán más dificultad para reconocer y nombrar sus síntomas y emociones. Por ello, se recomienda utilizar pictogramas para ayudarles a identificar visualmente las emociones que creen que están sintiendo.
Tanto para las personas mayores como para los más jóvenes, lo importante es validar sus emociones, hacerles entender que lo que sienten es normal e indicarles las personas en las que pueden confiar para hablar cuando revivan esas emociones fuertes.
Enseñar técnicas de relajación y respiración.
Las técnicas de relajación son una excelente manera de reducir la ansiedad en los niños. Puedes enseñar a tus hijos técnicas de respiración profunda , meditación o yoga.
El osito terapéutico Béké-Bobo es la herramienta perfecta para tener contigo para promover la relajación y reducir el estrés y otros síntomas asociados .
El calor húmedo ha demostrado ser eficaz para los bebés, pero también para las personas mayores. A la hora de acostarse, una bolsa de agua caliente ayuda a relajar los músculos y a conciliar el sueño más rápido. El peso del osito de peluche también añade una sensación de comodidad que es muy apreciada por toda la familia.
El osito de peluche, calentito o incluso frío, puede ayudar a aliviar dolencias físicas provocadas por la ansiedad, como dolores de cabeza, dolores de estómago, rigidez muscular y más.
Consejo de Maggy-Nadyne, madre de Béké-Bobo
Esta técnica ha demostrado su eficacia con varios niños a mi alrededor. Es ideal para niños ansiosos, aquellos que están aprendiendo a manejar sus emociones y aquellos que tienen problemas para conciliar el sueño. Se recomiendan técnicas de respiración para ayudar a aliviar la tensión muscular.
Paso 1: No es necesario calentar al oso para hacer este ejercicio, pero el calor húmedo proporcionará beneficios adicionales. Sigue las instrucciones del oso si quieres usarlo caliente.
Paso 2: Coloque el osito de peluche sobre el estómago del niño y pídale que respire profundamente. De esta manera verá al oso levantarse con su vientre mientras inhala y lo verá descender mientras exhala. El objetivo es conseguir que el niño respire de forma consciente para que desarrolle este hábito a medida que crece y así aprenda a controlar su ansiedad.
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Adoptar hábitos saludables en familia
El ejercicio regular puede ayudar a reducir la ansiedad en los niños. Esto puede incluir actividades físicas como bailar, andar en bicicleta, nadar o caminar. La actividad física puede ayudar a liberar endorfinas , las hormonas del bienestar, en el cuerpo. Los niños que hacen ejercicio regularmente tienden a ser más tranquilos y relajados. ¡Al realizar actividades físicas juntos, creas hermosos recuerdos familiares y das un buen ejemplo a los más pequeños!
La ansiedad en los niños puede ser más difícil de detectar a diario, pero con las herramientas adecuadas, es posible apoyarlos con delicadeza a través de estas emociones importantes. Tenga paciencia también con usted mismo: está haciendo un trabajo excepcional y ayudando a uno o más pequeños a atravesar etapas más complejas de su desarrollo.
También le recomendamos que consulte a su médico si tiene alguna pregunta o necesidad médica.